El Peronismo que lucha

Hace poco más de dos años el pueblo argentino entregaba sus sueños de país justo, libre y soberano, a un presidente que había sido, en su gran mayoría, rechazado en las marchas, en las redes y en cuanto cenáculo pudiera haber. Lo antecedían cuatro años de absoluta desidia económica y persecución a miembros del gobierno de Cristina Fernández (ella incluida) y también del gobierno de Néstor Kirchner, por parte de un sistema judicial que respondía al entonces mandatario Macri, y a sus secuaces. En las presidencias de Néstor y Cristina el pueblo saboreó al peronismo y entendió que la justicia social no es una entelequia. Ante el advenimiento de un nuevo gobierno abanderado con el peronismo y los exitosos mandatos de Néstor y Cristina, la mayoría del pueblo dio su apoyo a la propuesta Fernández – Fernández.

Sí, quien había sido insultada y denigrada por sus enemigos, los elige y erige como dignatarios de nuestra patria. La autónoma decisión de la expresidenta inunda de preguntas a los militantes de nuestro espacio peronista. La imposición de un candidato que segundos antes de conocerse el famoso video que lo designa era para la militancia del peronismo, un traidor a la causa, abre al menos las alertas. No quiero en estas líneas describir lo que hoy, enero del 2022, todos vivimos, o al menos percibimos; solo quiero trazar una incompleta pero necesaria línea entre aquello tan reciente y esto que transitamos.

Asume Alberto Fernández y apenas a unos pasos desnuda sus intenciones y su verdadera ideología en una nota con el periodista Jorge Fontevecchia, declarándose orgulloso partidario de la socialdemocracia. A la vista estaba la pandemia, la misma que hace más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. La que no es discutida ni debatida, la que tiene una mesa muy pequeña de decisión aquí y en el mundo, la que impone tratamientos que chocan con el sentido común. A partir de este hito, todo fue barranca abajo. Las decisiones en contra de los más humildes han encontrado en esta coyuntura la excusa perfecta para poner sobre sus hombros las falencias de un mundo para pocos. Lo conquistado ha sido relegado, lo construido ha sido destruido y lo soñado se ha vuelto utopía.

 La militancia de lucha, la que contrasta con la de las selfies y deditos en V de los que salen en tiempos de paz, está en franca lucha. Los principios y valores del peronismo, tantas veces infiltrado por enemigos e ideologismos devenidos en progresismo, izquierda, derecha… en fin… sabe que lo que viene será una lucha dura y se prepara para ello. El mundo impone con todas sus armas la lógica de los pocos que someten a los muchos, subsumiendo a los que aún tienen fuerzas para luchar, a la mera supervivencia. Esto no es nuevo, pero en estos tiempos es flagrante. Es imperativo que nuestra fuerza trascienda las fronteras de nuestra patria y se proyecte al mundo. VIVA PERÓN.

Claudio Galo – Nacido el 2 de julio de 1966 – Ilusionista, músico y actor